Rodeados de árboles, un lago y acompañados por un tiempo que era más propio del mediterráneo que de los países escandinavos (una media de 30ºC) los 90 participantes del evento, hemos podido disfrutar de las historias que, en muchas y variadas formas, nos conectaban con el presente, el pasado, el futuro, la naturaleza y nosotros mismos.
Ha sido una experiencia intensa y enriquecedora para nosotros, como narradores y como personas, porque viajar nos hace explorar el mundo y exponernos a otras maneras de mirar y darnos cuenta que nunca nada es lo que se espera, siempre es mejor, si estás dispuesto a abrirte al otro y dejarte llevar por la curiosidad y el deseo de aprender.
Fue fantástico compartir nuestro historias del taller Once upon a time is still now. Historias de la colección Bleek-Lloyd con historias que hemos recogido en los viajes por el Karoo, en Suráfrica. Historias que se contaron hace mucho, historias que se cuentan ahora en la otra punta del hemisferio sur. ¿Qué nos tenían que decir esos relatos? Viajamos con ellos y a través de las imágenes. Nos intercambiamos opiniones, intuiciones, ideas, conceptos y tal vez nos llevamos enganchados como propios los pensamientos de otros que modificaron los nuestros. Porque en la revisión de los cuentos y en el hablar sobre ellos está eso en lo que nosotros creemos firmemente, aunque ahora con un sentido distinto al que le dimos en el taller: Érase una vez sigue siendo ahora.
La organización fue impecable y tuvimos la suerte de conocer a gente muy interesante y de realizar algún taller -nos hubiera gustado realizar más de uno- Ahsley Ramsden, Roy Gal-Or, Inger Lise Oelrich, Markus Luukoonen, Margot Henderson, Henrik Bredholt y Ann-Mai-Britt Fjord (Klezmerduo)..., pero hay alguien que no puede faltar y sin la que no hubiéramos estado allí, que nos conocimos en la distancia durante años, y a la que vimos sólo unos días antes, ¡y por casualidad!, nuestra entregada y dulce María Serrano. Tuvimos la suerte de oírles contar y de contar para ellos, en el caso de Klezmerduo, de oírles hacer música con la que no puedes evitar bailar (¿lo dudas?? (Pincha aquí)
Foto de Virgo Karp |
Terminamos con la frase de ese libro con la que solían concluir las reuniones matinales de los profesores del simposium
Lyökämme käsi kätehen ... lauloaksemme hyviä, parahia pannaksemme
Que significa simplemente "enlacemos nuestras manos".
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