El libro me atrajo porque contaba la historia a través de las personas que se cruzaron con Sir Richard Burton en India, Árabia y África Oriental, aunque luego, la verdad, el resultado es un tanto desigual, porque tiene momentos muy vibrantes y otros bastante tediosos y repetitivos.
De todas formas, me encanta este párrafo que comparto. Se ha hecho tarde y Burton acompaña a caballo a su casa a Upanitsche, su maestro.
Burton mantuvo el caballo a un trote suave, y Upanitsche se tranquilizó poco a poco. Es una noche inusual. Me gustaría mostrar mi agradecimiento. O, dicho de otro modo, darle algo que me parece oportuno en esta ocasión. ¿En qué piensa, guruji? En un mantra. A lo mejor el más poderoso de todos. Considere este mantra mi peaje para el camino. Nunca se le acabará.
Purna-madaha
Purna-midam
Purnaat purnam uda-tshyate
Purnasya purmam-aadaaya
Purnameva ava-shishyate
-Qué bien suena, guruji. Con tales mantras en los oídos estoy dispuesto a cabalgar con usted la noche entera. -Oh, no exageremos. ¿Qué le he enseñado? A moderarse. ¿No siente curiosidad por la traducción? -No sonará tan convincente como en sánscrito. -Tiene razón, apréndase ese mantra de memoria. El significado llegará después. Surte efecto, ya lo verá, crea mundos.
Pag. 78-79
El coleccionista de mundos. Ilija Trojanow
Tusquets Editores
Traducido del alemán por Rosa Pilar Blanco
El mantra desde luego es muy bonito, suena así:
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