lunes, 29 de julio de 2013

EL COLECCIONISTA DE MUNDOS

Hace unas semanas me terminé de leer la novela El coleccionista de mundos de Ilija Trojanow sobre la vida de Richard Francis Burton (1821-1890), viajero, explorador, espía, traductor y personalidad inquieta donde las haya.

El libro me atrajo porque contaba la historia a través de las personas que se cruzaron con Sir Richard Burton en India, Árabia y África Oriental, aunque luego, la verdad, el resultado es un tanto desigual, porque tiene momentos muy vibrantes y otros bastante tediosos y repetitivos. 

De todas formas, me encanta este párrafo que comparto. Se ha hecho tarde y Burton acompaña a caballo a su casa a Upanitsche, su maestro.


Burton mantuvo el caballo a un trote suave, y Upanitsche se tranquilizó poco a poco. Es una noche inusual. Me gustaría mostrar mi agradecimiento. O, dicho de otro modo, darle algo que me parece oportuno en esta ocasión. ¿En qué piensa, guruji? En un mantra. A lo mejor el más poderoso de todos. Considere este mantra mi peaje para el camino. Nunca se le acabará.
 Purna-madaha
Purna-midam
Purnaat purnam uda-tshyate
Purnasya purmam-aadaaya
Purnameva ava-shishyate

-Qué bien suena, guruji. Con tales mantras en los oídos estoy dispuesto a cabalgar con usted la noche entera. -Oh, no exageremos. ¿Qué le he enseñado? A moderarse. ¿No siente curiosidad por la traducción? -No sonará tan convincente como en sánscrito. -Tiene razón, apréndase ese mantra de memoria. El significado llegará después. Surte efecto, ya lo verá, crea mundos. 
 Pag. 78-79
El coleccionista de mundos. Ilija Trojanow
Tusquets Editores
Traducido del alemán por Rosa Pilar Blanco


El mantra desde luego es muy bonito, suena así:


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