El Amado y el amante cuentan la misma historia
Lo que sigue es un brevísimo extracto del largo poema "La canción del vino", del místico egipcio Sharafu'd-Din 'Umar Ibn al-Farid (muerto en 1235 d.C). Traduzco de la versión inglesa de Martin Lings que forma parte de su antología Sufi Poems: A Mediaeval Anthology, Cambridge, Islamic Texts Society, 2004, p. 78. Ilustro la entrada con un gravado antiguo de un narrador que he encontrado en la web turca http://www.yapi.com.tr/ La imagen parece reflejar un entorno del imperio Otomano a finales del siglo XIX.
Ibn al-Farid es contemporáneo del andalusí Ibn Arabi. Su tumba, al pie de las colinas de Muqattam, es venerada como uno de los siete lugares santos de El Cairo. Muchos lo consideran el mayor de los poetas árabes. Lings explica en la nota introductoria al poema que en este poema el vino "es símbolo de la Gnosis y el Amor en su unidad esencial [...]. La Gnosis-Amor es al mismo tiempo trascendente e inmanente, su sujeto y su objeto son, al mismo tiempo, Dios. Al ser absoluto, el vino puro sólo es accesible al hombre en virtud del Yo Divino que se encuentra en lo hondo de su corazón" (p. 66). La "ella" a la que se refiere el poema es el vino, que en árabe es femenino.
De este modo, si a ella llaman, soy yo quien [respondo,
y ella a quien me llama responde con "aquí estoy",
y si ella es la que habla, soy yo quien habla,
y cada vez que ella cuenta una historia,
[ soy yo el narrador.
Ibn al-Farid es contemporáneo del andalusí Ibn Arabi. Su tumba, al pie de las colinas de Muqattam, es venerada como uno de los siete lugares santos de El Cairo. Muchos lo consideran el mayor de los poetas árabes. Lings explica en la nota introductoria al poema que en este poema el vino "es símbolo de la Gnosis y el Amor en su unidad esencial [...]. La Gnosis-Amor es al mismo tiempo trascendente e inmanente, su sujeto y su objeto son, al mismo tiempo, Dios. Al ser absoluto, el vino puro sólo es accesible al hombre en virtud del Yo Divino que se encuentra en lo hondo de su corazón" (p. 66). La "ella" a la que se refiere el poema es el vino, que en árabe es femenino.
De este modo, si a ella llaman, soy yo quien [respondo,
y ella a quien me llama responde con "aquí estoy",
y si ella es la que habla, soy yo quien habla,
y cada vez que ella cuenta una historia,
[ soy yo el narrador.
El origen de la poesía y la narración
Este segundo extracto procede la segunda parte de El libro de las letras del erudito islámico Abu Nasr Al-Farabi. Tomo el texto de la traducción parcial de José Antonio Paredes Gandía (El libro de las letras: el origen de las palabras, la filosofía y la religión, Madrid: Trotta, 2004, pp. 73-74).
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Abu Nasr Al-Farabi nació en Transoxiana (el actual Uzbekistán) hacia 870-875, y murió en Siria en el año 950. Se sabe de él que estudió medicina, matemáticas y música, campo este último del que fue uno de los principales teóricos medievales. Desde el año 920 se dedicó a la enseñanza en Bagdad, y en 942 se estableció en Alepo, donde residió hasta su muerte. El Libro de las letras estuvo perdido durante siglos, hasta su redescubrimiento, en una biblioteca de Teherán, en los años de 1960.
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En el tratado, Al-Farabi indaga sobre la aparición de las filosofías y las religiones en el transcurso de la historia humana. El extracto procede del capítulo IV, "El origen de las artes vulgares" que, según explica Paredes Gandía, "se ocupa de las llamadas 'ciencias tradicionales' (o ciencias del lenguaje) y explica su aparición y función en la sociedad, destacando su caracter vulgar, precientífico, y limitado a lo establecido dentro de la sociedad misma" (p. 73, n.1).
"Con el tiempo surgen novedades, que obligan a los hablantes a recurrir al discurso o a partes del discurso. Estas novedades continúan desarrollándose poco a poco hasta que aparece [entre los seres humanos] el arte de la retórica, que es la primera de las artes lógicas. Con su desarrollo o después de éste empieza el uso de símbolos de los conceptos y figuras que los sustituyen o que permiten su comprensión.
Así se originan las expresiones poéticas. Esto no deja de desarrollarse hasta que, poco a poco, aparece la poesía y se origina, de entre las artes lógicas, el arte de la poesía, ya que en la naturaleza del hombre hay algo que aspira al orden y a la armonía en todas las cosas. Pues en la poesía las medidas de las palabras están establecidas y la belleza de la composición, y la armonía con relación al ritmo de la pronunciación. Y se origina también a lo largo del tiempo el arte de la poesía. [...]
También están ocupados [los seres humanos] con los discursos y los poemas para contar con ellos exactamente las noticias de los asuntos pasados y presentes que necesitan. Y aparecen en ellos narradores de los discursos y poemas, y los que memorizan las noticias que se han contado a través de ellos. Ellos son los modelos clásicos y de elocuencia de esta nación, sus sabios, sus dirigentes, y los que establecen la referencia de la lengua de esa nación. También son los que componen para esa nación unas palabras que antes no estaban construidas, y establecen sinónimos para las palabras conocidas, trabajando minuciosamente y enriqueciendo (el vocabulario). Y aparecen palabras extrañas (poco frecuentes) que ellos reconocen y aprenden unos de otros y los modernos de los antiguos."
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