martes, 21 de mayo de 2013

ZEN DUST


Jose ha regresado hace unos días de Sudáfrica y, junto con un montón de historias que contar, también me ha traído un libro muy esperado: Zen Dust. A journey home through the back roads of South Africa de Antony Osler.

Antony Osler debe ser una persona muy especial, de esas a las que me gustaría mucho conocer algún día. Es un granjero del Karoo, monje zen, abogado activista por los derechos humanos, padre, esposo y muchas otras cosas que seguramente ignoro.

Su primer libro Stoep Zen, del que hablé en su día en nuestro blog de Al pie del monte mesame fascinó y este lleva el mismo camino, así que no me resisto a dejaros una pincelada del mismo para que disfrutéis.




Con una sencillez conmovedora describe su viaje Kimberley a Colesberg atravesando las polvorientas y desiertas carreteras del Karoo. Él va observando, prestando atención a lo que le rodea, a veces recordando personas y anécdotas. Los textos se acompañan de fotografías en blanco y negro. Sin muchas florituras, directo al grano, te pone en situación, hace que visualices la escena y te trasmite, sin necesidad de verbalizarlo, una reflexión filosófica. Suelen ser historias cortas, concisas, aparentemente sencillas y muy hermosas. Absolutamente zen.


Mi amigo Croft pasó unos meses en el centro de meditación Godwin Samararatne en Nilambe, es un lugar sencillo con escasos servicios a cierta distancia de la población. Una tarde se produjo una discusión entre algunos de los residentes europeos debido a un taxista que debía recogerles y llevarles de compras a la ciudad, pero que  no lo hizo. Ellos estaban allí dando vueltas culpando al  taxista, echando pestes de Sri Lanka,  quejándose de la situación, cuando Godwin apareció con su paraguas bajo el brazo y les preguntó qué pasaba. Ellos le contaron que el taxista les había dejado tirados. "Oh"- dijo Godwin. Abrió su paraguas y empezó a caminar colina abajo hacia la ciudad, un hombre de tez oscura con túnica blanca bajo un brillante disco amarillo. Al cabo de un rato, los otros le siguieron.

My friend Croft once spent a few months at Godwin Samararatne's meditation center at Nilambe, a simple place with few facilities some distance from town. One afternoon an argument broke out among some of the European residents about a taxi driver who was meant to pick them up and take them shopping but didn't. They were standing around blaming the driver, blaming Sri Lanka, blaming their situation, when Godwin walked up with his umbrella under his arm and asked what the problem was. They told him how the taxi driver had let them down. "Oh", said Godwin. He openend his umbrella and began to walk down the hill to the town, a dark man in white robes under a bright yellow disc. After a while, they followed him.

martes, 14 de mayo de 2013

La gente se espabila

Pues sí, la gente se espabila y mucho. Con la que está cayendo si quieres encontrar un empleo o cambiar el que ya tienes tienes no basta con hacer lo de siempre: matarte a estudiar; estar a la última en redes sociales (cosa que yo no practico mucho, la verdad); inscribirte en las páginas de empleo; enviar cvs, etc. 

Si quieres llamar la atención sobre tu persona tienes que hacer algo original ya de entrada.

El otro día fui a una mesa redonda sobre marketing personal y me encontré a unas personas que podrán hacer bien su trabajo o no, pero que me gustaron muchísimo por el impulso y la creatividad que derrocharon.

He aquí algunos ejemplos divertidos y que funcionaron. No todos encontraron trabajo "fijo y para siempre", pero si que han llamado la atención y han conseguido nuevos contactos, entrevistas laborales y encargos posteriores.

Aquí tenéis a Raül Calàbria preparando el envío de su currículum, que no es para nada convencional.




En esto del videocurrículum hay quién involucra a su familia. Por ejemplo, si os interesa podéis ver también los videos de Pedro Antonio Heredia, quien filma a sus abuelos para que le "vendan", o a Alex Porras, que hace lo mismo con sus sobrinos e hija. 

Son vídeos emotivos, que dicen mucho de la persona que hay detrás y de sus ganas de funcionar de una manera diferente.

También me pareció muy interesante todo el proceso iniciado por Michiel Das, un belga asentado en Barcelona. 

Michiel decidió imprimir tres tarjetas de visita y seguir sus pasos, para ello creo la web: #elviajedemitarjeta.com En esta web ha ido sacando artículos de las personas que recibían su tarjeta o de los kilómetros que hacían, en algún caso ida y vuelta de Barcelona a Madrid. Él mismo comentó que gracias a esta iniciativa recibió once ofertas de empleo y ahora está trabajando en una empresa importante.

Por supuesto el objetivo de esta gente fue y es conseguir un trabajo, pero la aventura de iniciar algo nuevo reporta también muchas otras cosas no menos importantes: conocer a personas diferentes que te ayudan en el camino, sentirte activo y explorando tu creatividad conlleva que tu autoestima suba unos cuantos grados.

Me apetecía compartir estos ejemplos con vosotros porque en estos momentos en los que vuelvo a estar en el mercado laboral intentando abrirme camino como autónoma, hay días en los que uno se siente invisible o directamente desorientada sin saber cuál va a ser el siguiente paso qué va a dar. Sin embargo, esta situación puede ser muy fructífera: cuando no sabes qué va a pasar, todo puede pasar. 


lunes, 6 de mayo de 2013

ROMPER LAS CADENAS


Este gigantesco grafitti que cubre todo un edificio está cerca de mi casa. Es una centro cultural okupa y cada vez que paso por delante me hace sonreír.

Es toda una invitación a soltar amarras - esas pesadas cadenas que nos atan a la vida gris- y atreverse a volar, a viajar. Desde luego, un acto completamente subversivo.