viernes, 24 de agosto de 2012

El poder de las historias


El miércoles pasado tuvimos una de esas sesiones de cuentos mágicas.

The Annex Residency Programme, vinculado a la National Gallery, tiene como residente este mes a un artista español, Emilio Moreno, y nos invitaron a contar en su espacio.

A Jose y a mí se nos ocurrió montar una sesión con las "historias" como protagonistas, meta cuentos que hablan de la narración y de los narradores. Luego hicimos un diálogo abierto donde la gente hiciera preguntas, comentarios, o compartiera algún cuento. Fue algo realmente fascinante.

La gente se sentó en círculo y encendimos el fuego; el de las velas y el de la palabra.



La necesidad de contar está en nosotros, no ya como una segunda piel, sino como la esencia misma del ser húmano. No se puede vivir sin ellas. Ellas son las que nos unen por encima de cualquier diferencia, nos hacen soñar y nos devuelven a la realidad del mundo un poco menos mezquinos.

Algo tan simple como la palabra nos mantiene juntos, en el presente, en la escucha, y al mismo tiempo nos permite volar a territorios inexplorados, que nos atrapan.

El que narra es un mediador, es la historia la que cobra vida, la que hace el evento extraordinario. Es la historia la que transforma el momento.

El poder de la historia es contagioso, es palpable, lo ves en las púpilas dilatadas, en los ojos brillantes, en la sonrisa esbozada, en el gesto entregado. No hay nada comparable a ese momento en el que todo, absolutamente todo, es posible.

Once upon a time... is NOW.

Érase una vez... es AHORA.

Y la gente comparte su entusiasmo, sus intereses, su sorpresa, ¿es tan difícil escucharse? ¡No! Pero se está convirtiendo en algo tan raro que nos sorprende. Eso sí, una vez que descubrimos que la palabra toca, físicamente, no solo metafóricamente, ya somos seres distintos; un poco mejores, espero.