martes, 9 de diciembre de 2008

RELATOS Y CUCARACHAS: UNAS REFLEXIONES DE J. M. COETZEE

Durante mi último viaje a Ciudad del Cabo, el pasado mes de noviembre, pude por fin hacerme con un raro texto del escritor surafricano J. M. Coetzee, autor de libros como Vida y tiempos de Michael K. o Esperando a los bárbaros, entre otros muchos, que le valieron el Premio Nobel en 2003.


El texto se titula "The Novel Today" ("La novela en la actualidad") y apareció en la revista literaria Upstream en 1988 (vol. 6, nº 1, págs. 2-5), y en su día desató cierta polémica. Que yo sepa, Coetzee nunca lo ha incluido en sus recopilaciones de ensayos y reseñas. Su interés para mí radica menos en los aspectos polémicos que pueda contener, que en las reflexiones que Coetzee sobre el arte de narrar (storytelling), reflexiones que son aplicables también a la narración oral. He aquí la parte relevante del texto, una vez más, traducida con cierta premura, por lo que ruego se me disculpe si mi versión chirría un poco:

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"No estoy defendiendo el arte que practico. La novela, la narración de historias [storytelling] en general, siempre podrá defenderse sola. [...]
La narración de historias puede defenderse sola. ¿Es esto cierto? ¿Han sido los censores tan ineficaces siglo tras siglo? Sí, lo han sido. Son ineficaces porque, al establecer las normas que los relatos no podían transgredir, y al hacer cumplir estas normas, no se dan cuenta de que el caracter ofensivo de los relatos no está en que transgredan normas concretas, sino no en su capacidad para crear y alterar sus propias normas. [...] Porque (y parodio un tanto esta postura) un relato no es un mensaje con un envoltorio, un envoltorio retórico o estético. No es un mensaje al que se añade un residuo, el residuo, el arte con el que el mensaje está recubierto por el residuo, formando la temática de la retórica o la estética, o la apreciación literaria. En las historias no hay añadidos. No están compuestas por una cosa a la que se añade otra, mensaje más vehículo, subestructura más superestructura. [...]

La narración de historias [...] no es una forma de hacer que los mensajes sean, como suele decirse, "efectivos". La narración de historias es otra [another] forma de pensar, una forma otra de pensar [an other mode of thinking]. Es más venerable que la Historia, tan antigua como la cucaracha. Como las cucarachas, las narraciones pueden consumirse. No hay más que arrancarles las alas y echarles un poco de sal. Son nutritivas, hasta cierto punto, aunque si lo que de verdad quieres es nutrición probablemente la buscarás por otro lado. Las cucarachas también pueden colonizarse. Puedes atraparlas en una trampa para cucarachas, criarlas (con gran facilidad), agruparlas en granjas de cucarachas. Puedes atravesarlas con alfileres y ponerlas en vitrinas, etiquetadas. Puedes usar sus alas para cubrir las pantallas de las lámparas. Puedes realizar diminutas disecciones de su sistema respiratorio, puedes teñirlas, fotografiarlas, enmarcarlas y colgarlas de la pared. Puedes, si quieres, secarlas y, echarles polvo y mezclarlas con explosivos de alta potencia y transformarlas en bombas. Puedes incluso hacer relatos sobre ellas, como hizo Kafka, aunque esto es muy difícil. Una de las cosas que, según parece, no puedes hacer, es erradicarlas. Se reproducen, como dice el tropo, como moscas, y en las circusntancias más crudas. Se desconoce el motivo por el que están en la Tierra, la cual, probablemente, sería un lugar más agradable -sin duda más fácil de entender- sin ellas. Se dice que seguirán aquí cuando nosotros, y todos nuestros artefactos, hayamos desaparecido.

A esto se le llama parábola -una forma cultivada por grupos marginales, grupos que no tienen lugar en las corrientes dominantes, en la trama principal de la Historia-, porque es difícil determinar qué es lo que quiere decir.
Al final, sigue habiendo una diferencia entre una cucaracha y un relato, y la diferencia sigue siéndolo todo." ("The Novel Today", págs. 3-4)


Como se dice en inglés, that's food for thought! Esperamos con ansia los comentarios y reflexiones de todos esos narradores que sabemos que, de vez en cuando, se asoman a nuestro blog.

Una última cosa: la imagen que ilustra esta entrada está de Wikipedia.

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