Helena: Estamos a mediados de abril y ha habido una sucesión importante de días grises y lluviosos. "La primavera tarda aún en llegar...", dice una canción que me gusta mucho. Pero a los tulipanes que plantamos Jose y yo en noviembre, no les importa nada de esto. Para ellos es su momento de florecer y lucen así de espléndidos.
Puede que os preguntéis qué tiene que ver esto con los cuentos y con la narración oral, pues tiene que ver porque me suscita reflexiones sobre la belleza y la fuerza de las imágenes y las palabras.
Cuando contamos algo, a menudo, empleamos un gran cúmulo de adjetivos. Intentando aportar datos y detalles. Complicando la trama o adornando la imagen. ¿Pero cuántos de estos adjetivos son necesarios? La naturaleza es sabia porque es concisa. No hay nada superfluo en las formas y colores de mis tulipanes. Son hermosos y simples. Su complejidad radica en la combinación de elementos y en el azar: un tulipán amarillo que crece al lado de uno blanco con motas moradas. Un tulipán rojo parece aún más rojo porque brota al lado de otro naranja.
Y se toman su tiempo... los pétalos se cierran a la oscuridad y se abren para recibir la luz del día. Se mueven con el viento, dejándose llevar.
Cuando llegue el momento, caerán sus hojas, y lo harán sin estridencias, sin fuegos de artificio. Bellos y efímeros, como los buenos cuentos, dejarán su huella como si nada...
4 comentarios:
La flor del tulipà dura poc.
És com un microconte ;o)
Sí, Fra Miquel, el tulipà és com un microconte. M'agrada la teva definició :-)
Fins aviat!
wau q ermosooss tulipanesss
^^
me gustaron muxos
en especial es de motas moradas
tu las has tomado..es bello
y me gusta como escribe
ha logrado inspirarme =)
gracias^^
Gracias Joannitah. Hace tiempo que mis tulipanes son un recuerdo, pero confío en tener nueva cosecha el año próximo :-)
Saludos,
Helena
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