sábado, 28 de mayo de 2016

BIOGRAFÍA DEL SILENCIO

Llevamos un par de meses en que, sin forzarnos demasiado, nos levantamos por la mañana y nos ponemos a meditar. Un cuarto de hora nada más, pero sin saltarnos un día. Nos sentamos en silencio de cara a la pared blanca y tratamos simplemente de prestar atención al momento, de fluir, sin buscar pensar en nada, pero sin obsesionarnos tampoco cuando acuden los pensamientos. Puedo decir que es increíble la cantidad de cosas que pasan por la cabeza en cuestión de minutos, cuando se supone que no haces nada...

Hace ya mucho tiempo que, por separado, cada uno de nosotros, Jose y yo, habíamos iniciado distintas prácticas de meditación, pero al final la que más nos sedujo fue la meditación zazen. Tal vez por la simplicidad; sólo necesitas un cojín o un banquito y sentarte en silencio. Habíamos ido a un dojo para aprender lo básico: la postura, el ritual que hay detrás, la filosofía que conlleva... 

Meditar en grupo seguramente es muy diferente a hacerlo de manera individual, pero aún así, estoy contenta de haber iniciado esta práctica, que se está convirtiendo en algo muy necesario para mí cada mañana. 

Y me gusta leer sobre el tema. Ha caído en mis manos un ensayo corto de Pablo d'Ors llamado Biografía del silencio, editado por Siruela y que yo tengo en formato Seebook.



En el libro el autor explica sus primeros pasos en el mundo de la meditación y esto ayuda mucho cuando estás empezado. Así, nos dice que es muy común que durante la práctica  aparezcan ensoñaciones, si eres un soñador, o imágenes del pasado si eres nostálgico, porque cada uno medita como es. 

Igual que vamos a tener sensación de dolor y molestias, pero que hay que aceptarlos de manera que si vamos un poco más allá comprobaremos que nuestros sentidos se volverán más despiertos y receptivos.

Se trata de observar y observarse. Nada más. Y nada menos. Con ellos seremos capaces de desarrollar la atención.

Por supuesto también vamos a encontrar en el libro reflexiones sobre lo que es meditar y los beneficios que conlleva la práctica. Pablo d'Ors es sacerdote, pero no he encontrado ningún dogmatismo en la lectura de este pequeño ensayo que explica con sencillez y desde la experiencia propia lo que es la meditación zazen.

Os dejo con una pequeña reflexión del autor que me gustaría hacer mía:

 La atención me fue conduciendo al asombro. En realidad, tanto más crecemos como personas cuanto más nos dejamos asombrar por lo que sucede, es decir, cuanto más niños somos. La meditación - y eso me gusta - ayuda a recuperar la niñez perdida.

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