domingo, 7 de diciembre de 2008

EL MITO QUE QUISO SER ENTENDIDO

En el último número de la revista New York Review of Books (8 de diciembre-14 de enero de 2008), entre otros varios artículos interesantímo, hay uno de la escritora Alma Guillermoprieto titulado "A lost world on the map", en el que, además de reseñar un libro que ha aparecido hace poco sobre el llamado "Mapa de Cuauhtinchan nº 2", Guillermoprieto hace algunas reflexiones muy interesantes sobre las culturas amerindias. La autora ilustra sus razonamientos con varias anécdotas personales, una de las cuales tiene que ver con su visita, en 1993, a una comunidad arahuaca de la Sierra Nevada de Santa Marta, invitada por varios miembros de esta etnia a los que había conocido casualmente en Bogotá. Os la traduzco a continuación (de forma más bien apresurada), añadiendo algunos de los párrafos precedentes, que sirven para contextualizar el relato:

"Los arahuacos sufren enormemente a causa de los mestizos que invaden sus tierras, los madereros ilegales, los traficantes de drogas y los funcionarios del gobierno que los han privado de sus tierras ancestrales, no sólo las de cultivo, sino las tierras en las que se encuentran los lugares sagrados a los que deben peregrinar cada año [...] Los arahuacos son extraordinariamente diestros e imaginativos a la hora de combatir la burocracia desde dentro; pueden salir y entrar del mundo moderno con mucha más facilidad que muchos otros amerindios. Mandan a sus hijos al mundo para que estudien cosas como programación y medicina y, al parecer [...] al menos unos pocos han decidido volver, habiendo conservado intacto su sentido de la comunidad y la identidad.


En mi última noche en la Sierra, los aldeanos se reunieron en un roquedal que no quedaba muy lejos de la última de sus casas rectangulares con techumbre de paja. No había luna, y las estrellas se veían enormes y cercanas. No queriendo inmiscuirme, me quedé en los márgenes de la reunión, y escuché mientras la voz audible de un hombre narraba bellamente una epopeya sobre el viaje que cierta vez hicieron las estrellas para estar junto a los seres humanos. Entonces mi guía me acompañó de nuevo a la habitación de invitados de la escuela del pueblo.


A la mañana siguiente, pedí que me presentaran al maravilloso orador que había contado aquel relato, y me vi estrechando la mano de un hombrecillo sonriente, de fácil risita, al que anteriormente había tomado por el tonto del pueblo. No había contado aquella historia en español, por el simple motivo de que no hablaba esa lengua. No hubo forma de convencer a mis anfitriones de que el hecho de que yo hubiera creído escucharla en español tuviera nada de extraordinario, ni tengo claro que el relato que creí escuchar tuviera de hecho relación alguna con lo que el chamán de las risitas había dicho aquella noche, aunque mis anfitriones parecían pensar que sí, o bien no les parecía que la cuestión tuviera mayor importancia. Me acompañaron a la carretera y les dije adiós con la mano mientras subía a la parte trasera de un camión, repentina e inexplicablemente bañada en lágrimas . Años después, fue para mi una sorpresa maravillosa saber que, a pesar de los continuos asesinatos y otros delitos contra ellos, muchos de los proyectos que mis anfitriones arahuacos habían estado planeando -un archivo histórico, sus propios vídeos y publicaciones- se estaban llevando a cabo." (p. 65)

En una nota a esta historia, Guillermoprieto remite a al siguiente espacio de
http://www.youtube.com/, donde pueden verse varios vídeos coprodudicos por organizaciones arahuacas y mestizas:
http://www.youtube.com/watch?v=xlhk6X5Tjis

Vale la pena echarles un vistazo, os lo aseguro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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