Hace unos meses, justo al volver de Suráfrica, me leí un libro fantástico: Los trazos de la canción de Bruce Chatwin (Editorial Península. Octubre 2007. Traducción de Eduardo Goligorsky)
Digamos que Bruce se marchó a Australia para seguir el rastro de las canciones que los aborígenes australianos unen al paisaje, cada tramo del camino es un canción y cada accidente -ya sea montaña, valle, árbol, piedra-, es una nota de esa canción. El paisaje es sagrado por eso, porque encierra una historia ancestral, mítica, y los hombres las heredan en propiedad. Para oír toda una canción hay que unir varios tramos del paisaje y es posible que tengas que oír a varios hombres, cada uno con su parte de la historia.
El libro intenta explicar todo eso, pero también contiene apuntes sobre el nomadismo. Citas, impresiones, historias de otras vidas, cuentos…
Entre las citas me quedo con esta:
“Fuego interior… fiebre de trashumancia” Kakevala.
Cada vez que veo una senda perdida en medio de la vegetación me apetece seguirla con los oídos atentos, a ver dónde me lleva, a ver qué me cuenta…
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